martes, 12 de enero de 2010

La intervención educativa en la desadaptación social.

Esta forma de dar la clase es muy interesante. Es muy importante aprender que una intervención es un conjunto de actuaciones en un tiempo determinado, que persigue unos objetivos concretos utilizando los recursos materiales, técnicos y humanos estipulados para la misma. Lo más importante es que esta intervención se conforma como la respuesta a una/s necesidad/es que han sido priorizadas tras un profundo y amplio análisis de la realidad y un diagnóstico profesional.
La dinámica de “tela de araña” nos muestra perfectamente los pasos “en falso” que se pueden dar cuando la intervención no está programada adecuadamente o no responde a la situación para la que se creó. Debemos tener en cuenta que:
• Los recursos que tenemos para intervenir son limitados.
• Existen protocolos de actuación a los que hay que ceñirse, no se trata de actuaciones aisladas a nuestro libre albedrío, ni sin contar con los demás profesionales.
• Hay que contar con las persona/s implicada/s, su familia y el grupo de iguales: realizar una adecuada recogida de datos y utilizar las técnicas más adecuadas a las circunstancias de la situación. En este sentido, ellos son la fuente de información más importante, hay que valorarlos y consultarlos.
• Hay que tener en cuenta desde qué institución trabajamos y de dónde nos viene la petición de intervención (detección, demanda, derivación).
• Cada institución interviene según unas pautas de actuación y cumpliéndose unos requisitos, por ejemplo: no podemos derivar a los servicios judiciales sin haberse producido una conducta tipificada como delictiva en el código penal.
• Por otra parte, cada ámbito de intervención (social, escolar y judicial) pretende unos objetivos, de tal forma que el objetivo de prevención está presente en los tres, siendo el social un ámbito donde se dan además acciones de correción, compensación y protección. El judicial es un ámbito de correción y protección. Son formas distintas de intervenir ante la población con problemas de inadaptación social o en situación de riesgo.
• Hay que programar las actuaciones y ponerlas en común con los agentes sociales implicados. Además debe haber coordinación entre las distintas instituciones que intervienen, de forma que se maximice la efectividad de la misma y se resuelva la situación lo antes posible.
• Debemos conocer los recursos con los que contamos y utilizar los adecuados a la situación.
Es muy importante realizar un análisis de la realidad en el que se incluyan los factores de riesgo y de protección, lo que nos aporta mucha información. Por otra parte es importante conocer las conductas y las percepciones que tienen de ellas los destinatarios de la intervención.
En nuestra intervención ficticia deberíamos haber empezado en este punto, haciendo una recogida de datos: con Rebeca, su familia, grupo de iguales, entorno social… y después haber hecho un diagnóstico adecuado sobre el que basar nuestra intervención, con un sistema de evaluación que nos permita utilizar indicadores para corroborar si nuestra intervención está siendo efectiva. Los “profesionales” parecíamos intervenir de forma individual, sin consultarlo con los demás, sin ponerlo en común ni contar con Rebeca, su familia y su grupo de iguales.
En general, la intervención individual (como la de Rebeca) persigue un cambio desde la formación y desarrollar actitudes, conocimientos y habilidades que le ayuden a comprender su situación de desadaptación y sus causas; conocer los recursos del entorno, las normas, los mecanismos de control; dotar de habilidades que propicien su desarrollo como persona en la vida cotidiana y familiar, en el mundo laboral, en las relaciones interpersonales… La relación entre profesional y destinatario de la intervención debe ser personal, basada en el respeto y la confianza.
Opinión: es una buena técnica para interiorizar los contenidos de la asignatura.

domingo, 10 de enero de 2010

SEMINARIO II: Equipos de tratamiento familiar.

1. GENOGRAMA-SOCIOGRAMA. (LO TENGO PERO NO ENCUENTRO LA FORMA DE SUBIRLO)

2. Determina y comenta los factores de riesgo y de protección.


Los factores de riesgo son las condiciones sociales, económicas o biológicas, conductas o ambientes que están asociados o incrementan la posibilidad de que una persona o grupo se encuentre en mayor riesgo de desadaptación. Los factores de riesgo que se han encontrado en el caso de esta familia son los siguientes:
  • En los menores: dos de los hijos tienen enfermedades crónicas que requieren de tratamientos crónicos sin los que no hay posibilidad de recuperación e incluso peligro de muerte. La barrera idiomática y cultural que dificulta la integración escolar, tan importante para el correcto desarrollo del niño/a. Esta situación requiere de una especial atención y estimulación por parte del profesorado.
  • En los padres: las largas ausencias del padre provocan sobrecarga en la madre, que se encuentra sola y aislada. La adicción al alcohol del padre. La falta de empleo y la precariedad económica.
  • Otros: es una familia inmigrante y numerosa. Existen dificultades de integración en el entorno. La vivienda presenta condiciones que la hacen insegura.

Los factores de protección podríamos decir que son las situaciones y experiencias individuales, familiares y escolares que disminuyen la posibilidad de desadaptación social.

Para diseñar una intervención de cualquier tipo, hay que tener muy presentes tanto los factores de riesgo como los de protección, ya que incidiendo en ellos podremos diseñar una intervención integral que nos permita una formulación de objetivos basados en necesidades reales del menor y su familia y las relacionadas con el entorno.

De esta forma también sabremos a qué elementos de nuestra planificación debemos dar más importancia, realizando una priorización de actuaciones que nos va a llevar a una respuesta eficaz. En nuestro caso, se debe acudir a la intervención sanitaria en primer lugar, lógicamente hay circunstancias que rodean el caso a las que hay que prestar atención prioritaria.

Por otro lado, es importante incidir en los factores de protección, ya que nos permite incentivar esos comportamientos y actitudes que nos van a llevar a una intervención participativa, en la que los destinatarios de la misma se sienten que forman parte y que sus actuaciones son importantes para resolver su situación y promover el cambio.