lunes, 12 de abril de 2010

Introducción breve: Maltrato infantil.

En esta introducción breve a un tema tan complejo como los malos tratos a la infancia, vamos a desarrollar brevemente los siguientes apartados:


  • Concepto.
  • Tipología.
  • Incidencia.
  • Factores de riesgo.
  • Consecuencias
  • Intervención.
  • Prevención.

Según la Guia del maltrato infantil del Observatorio de la Infancia, se definen los malos tratos como "acción, omisión o trato negligente, no accidental, que prive al niño de sus derechos y su bienestar, que amenacen y/o interfieran su desarrollo físico, psíquico y /o social, cuyos autores pueden ser personas, instituciones o la propia sociedad."

Según el momento en que se infringen pueden ser prenatal o postnatal. Según la autoría hablamos de maltrato familiar, extrafamiliar, institucional o social. Según las acciones concretas que contituyen el maltrato infringido:

  • Abandono o negligencia, maltrato emocional, maltrato físico, abuso sexual, maltrato prenatal, mendicidad, corrupción, explotación laboral, síndrome de Münchhausen por poderes, maltrato institucional.

Se considera el maltrato infantil, en cuanto a la dificultad para conocer su incidencia, como "icebergs del maltrato", de los que sólo vemos la punta en la población en riesgo, pero que está totalmente invisibilizado en la población "normal". Los problemas para conocer la incidencia real se deben a los mitos y falsas creencias que se tiene sobre el maltrato infantil, los problemas de delimitación y falta de estudios epidemiológicos y la no notificación que se produce al considerarse de ámbito privado.

A pesar de todo, se confluye en una serie de datos en el caso español, como por ejemplo que el maltrato más sufrido por los niños españoles es la negligencia y el maltrato emocional y físico. Otros datos que concuerdan en los diferentes estudios: los chicos lo sufren algo más que las chicas (excepto el abuso sexual que es mucho mayor en chicas), los menores suelen sufrir más de un tipo de maltrato a la vez, se da a todas las edades, sin embargo, el maltrato físico es más frecuente en menores de dos años y el abuso sexual en mayores de 9 años, sobre todo entre los 12 y los 15.

Los primeros modelos explicativos del maltrato infantil hacían referencia a un solo factor explicativo (modelos clínico-psiquiátrico, sociológico o de vulnerabilidad infantil), mientras que los más recientes son multicausales e interaccionistas (modelo ecológico multicausal como el de Cicchetti y Rizley (1981), que se centra en el equilibrio entre los factores de riesgo y de protección.

Los indicadores de maltrato se correlacionan con los factores de riesgo y estos se pueden dar en diferentes niveles. El modelo ecológico nos habla de los siguientes factores de riesgo:

  • Desarrollo ontogenético: historia de malos tratos, historia de disarmonía y ruptura familiar, trastornos emocionales, ignorancia sobre las características evolutivas del niño y sus necesidades.
  • Microsistema: madre/padre (enfermedad crónica física y/o mental, drogas, alcohol, impulsividad, soledad, falta de tolerancia al estrés, falta de habilidad para resolver conflictos...), niño (prematuro, discapacidad, enfermedades frecuentes, problemas de conducta, hiperactividad...), interacciones de la pareja (desajuste, estrés, conflicto, violencia, rupturas frecuentes...), interacciones padre/hijo (disciplina coercitiva, expectativas desajustadas, ciclo de coerción...), estructura familiar (elevado número de hijos...), vivienda (hacinamiento...).
  • Exosistema: trabajo (desempleo, insatisfacción, conflictos...), vecindario (aislamiento, falta de apoyo social, profesional e institucional, rechazo social, vecindario peligroso...), nivel socioeconómico (estrés económico, inseguridad, inestabilidad...), movilidad (falta de raíces y de relaciones estables).
  • Macrosistema: situación económico-social (crisis económica y de bienestar social), ideología social (actitudes ante la infancia, la mujer, la paternidad y la maternidad; prácticas educativas y disciplinarias, actitud ante la violencia...). (Adaptado de Belsky, 1980, 1993; De Paul, 1988; y Rogosch, Cicchetti, Shields y Toth, 1995).

Las consecuencias del maltrato infantil afectan a todas las esferas de la vida del niño/a. Éstas dependen no sólo del tipo de maltrato, sino también con características de la víctima tales como su edad, sexo, historia previa y recursos y apoyo de que disponga. Trickett y McBride-Chang (1995) han señalado que el maltrato infligido a niños y niñas presenta algunas consecuencias que son comunes a todos los tipos de maltrato, y otras que son específicas de cada tipo de maltrato. Estas semejenzas se deben a que la mayor parte de las formas de maltrato se dan en la familia y son perpetrados por los padres o por personas que hacen sus veces y funciones, o más en general, por aquellos que se supone que deben dar afecto al niño, que son responsables de su socialización y educación. Para sintetizar, se habla de consecuencias físicas y psicológicas. Entre otras consecuencias se encuentra:

  • Distorsión en las relaciones emocionales básicas, en los cimientos de la construcción de la personalidad y las relaciones.
  • Enfermedades derivadas de situaciones de carencia alimenticia, sanitaria, higiénica y de los propios malos tratos físicos y/o sexuales.
  • Entorpecimiento de las relaciones de apego: apego inseguro.
  • Construcción de un modelo mental de relaciones marcado por el miedo y la desconfianza hacia los demás y la desvalorización propia que le llevará a tener emociones negativas hacia sí mismo.
  • Retraimiento social y conductas de evitación.
  • Repercusiones negativas sobre el funcionamiento cognitivo y el rendimiento escolar. Problemas de aprendizaje, falta de atención...
  • Indisciplina y problemas de conducta.
  • Comportamientos agresivos adolescentes, actos delictivos, adicciones, fugas de casa, intentos de suicidio.
  • Secuelas del maltrato pueden ser los síntomas depresivos, psicosomáticos, ansiedad, problemas en el funcionamiento sexual.

La intervención sobre el maltrato infantil debe realizarse desde todos los niveles que anteriormente hemos visto donde se podían dar factores de riesgo. La prevención es muy importante, tanto para reducir los casos de maltrato, como para detectar tempranamente las situaciones que pueden conducir a él. Para ello es importante emprender y mantener iniciativas legislativas y campañas de difusión a través de los cuales se persiga la concienciación, eliminando concepciones e ideas con respecto a la utilización de la violencia. Además de otros que favorezcan la igualdad entre hombres y mujeres y las dedicadas a fortalecer y favorecer el tejido social que rodea a las familias en riesgo y reducir sus posibilidades de exclusión social. Así como las intervenciones destinadas a la mejora de las habilidades para hacer frente a problemas y tensiones: facilitar la transición a la partenidad y educación de padres. También está centrada en incrementar los niveles de detección temprana por parte de profesionales en contacto con la infancia, como trabajadores sociales, maestros, sanitarios y policías.

Cuando el problema de maltrato aparece, la prioridad principal es la protección del menor. Actualmente, se tiende a evitar la separación del menor de la unidad familiar, de tal forma que hay que trabajar la falta de recursos a la hora de resolver las situaciones de estrés que sufre. Mejorar las relaciones entre los miembros de la familia, su contacto con el contexto circundante minimizar los elementos de tipo laboral, económico o personal que generen estrés, son modos de evitar la retirada temporal o definitiva de los padres (Arruabarrena y De Paúl, 1995).

Para ello se hace imprescindible una evaluación rigurosa y organizada, a raíz de la cual se selecciona el tipo de intervención más adecuada. Algunos tipos:

  • Enseñanza de habilidades parentales: favorecer el autocontrol, modos alternativos de inteactuar con el menor...
  • Programas con visitadores domiciliarios y de ayuda familiar.
  • Psicoterapia individual a uno o ambos padres.
  • Terapia familiar.
  • Apoyo/tratamiento grupal: psicoterapia grupal, grupos educativos, grupos de apoyo y autoayuda.
  • Otros servicios como alojamiento en situaciones de crisis, ayudas económicas, ayuda domicialiria, servicios de guardería, formación ocupacional y capacitación laboral, servicios de asistencia legal, o de tratamiento de problemas específicos, como abuso de drogas o alcohol...

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