
-DIOS: Ya ves, te lo dije. Suave, suave...
Los protagonistas son:
Se encuentran inmersos en un proceso de inadaptación provocado por el fracaso familiar, escolar, laboral. En el momento que se dan los comportamientos inadaptados, se va consolidando el proceso de inadaptación.
Se encuentran inmersos en un proceso de inadaptación que puede llegar a consolidarse en cualquier momento, ya que están en constante contacto con conductas que los acabarán estigmatizando de por vida (inadaptación subjetiva, las instituciones protectoras y correctoras intervendrán tarde o temprano), como a muchas personas de su entorno (Marquitos y otros).
Considero que cada grupo social en los que están inmersos los protagonistas, cumple una función de legitimación de las conductas inadaptadas. Por un lado, la familia no aporta confianza, ni permite la realizacion de actividades constructivas que den sentido a otro tipo de vida que la que llevan. Los hermanos no se comunican ni se tienen confianza, de hecho su propio hermano será su delator al final. Se maltratan, no se escuchan. Quique quiere ser un modelo para su hermano, pero no comprende que su hermano acabará imitando sus conductas, entre otras cosas porque es la forma de sentir pertenencia a ese mundo. Incluso le recrimina el hecho de que no lo haga adecuadamente (robar), ya que ello le llevará a la cárcel (estigmatización). Es peculiar la forma de entender que se ha cometido un delito, si no estoy en la cárcel es porque no he hecho nada, le dice al principio de la película, cuando van a recogerlo a comisaría. No tendrán la percepción de estar realizando un delito hasta que este les conduzca a la cárcel, mientras tanto, se trata de lo que hay para sobrevivir, lo que me ofrece mi entorno como legítimo para dar respuesta a mis necesidades o proyectos.
Los amigos se convierten en testigos mudos de las conductas delictivas y no aportan recursos que propicien el cambio hacia comportamientos “normativos”. Son “utilizados” en caso de necesidad (el gordo), se ocultan unos de otros en cuanto sienten que fracasan, tampoco existe comunicación (Adolfo oculta su recaída en las drogas y no habla de sus sentimientos hacia su padre), parece más bien una relación de complicidad engañosa, en la que yo te comprendo porque estoy en el mismo barco que tú. Aun así existe aprecio y sensación de apoyo.
La relación con las instituciones no se aprecia, pero se supone que ha habido ya que:
Los contactos con grupos sociales de ayuda (rehabilitación, desintoxicación), se consideran innecesarios e inútiles. No se percibe la ayuda como tal, sino como una pérdida de tiempo que no va a resolver nada en mi duro mundo. No se perciben como los recursos adecuados para la vida en el barrio.
El catastrofismo generalizado con que se mira hacia la juventud, paraliza. Es como cuando tus padres nunca te dicen lo bien que haces las cosas, y eso frustra. Los gitanos son todos iguales, los hombres son todos iguales, las mujeres somos todas iguales, la juventud también... no sé como hay problemas de desigualdad en el mundo... con tanta igualdad.
¿Y sabéis lo peor? Que los jóvenes acaban creyéndolo... y eso sí es triste.
Unos 562.000 jóvenes españoles ni estudian ni trabajan ni buscan empleo
-Son un 9,2% de la población de entre 20 y 29 años.
-Es una generación adaptada a la precariedad laboral.
-Carece de expectativas y no hace planes a largo plazo.
-Los datos son de la última Encuesta de Población Activa.
DAVID ROJO. 03.11.2009 - 05.00 h
En España hay 562.000 jóvenes de entre 20 y 29 años que no estudian, ni trabajan ni buscan un empleo. Los datos proceden de la última Encuesta de Población Activa (EPA), del tercer trimestre de 2009, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística.
Este colectivo corresponde en el informe al de inactivos que no cursan estudios y, además, son, sobre todo, mayores de 25 años (un 57%). Y entre el total de jóvenes, no son una excepción. Este grupo supone un 9,2% de la población en ese margen de edad. Así, del total de los casi 6,1 millones de personas que están entre 20 y 29 años, el colectivo más cuantioso es el de ocupados (3,5 millones), seguido de los estudiantes (1,6 millones, entre activos e inactivos) y los que están parados (1,2 millones).
Más de 43.000 jóvenes están en la categoría de "activos potenciales desanimados"Es además relevante analizar las causas de su modo de actuar. Así, hay más de 43.000 jóvenes de esa franja de edad incluidos en la categoría que el INE denomina como "activos potenciales desanimados". Son los que, al ser preguntados en la encuesta por el principal motivo por el que no habían buscado empleo en las últimas cuatro semanas contestaron que no creían que lo fuesen a encontrar.
Pero no se debe pensar a la ligera que se trata de un grupo de vagos. Conviene eliminar el estereotipo e interpretar su situación en relación con la precariedad del mercado laboral actual.
Hijos de su tiempo
"Considerarlos unos pasivos porque no hacen nada da una falsa imagen de parados profesionales", señala Andrés Canteras Murillo, sociólogo experto en temas juveniles y profesor en la Universidad Complutense. Para él, en realidad, son hijos de su tiempo, que sufren la precariedad laboral y la falta de expectativas.
Considerarlos unos pasivos da una falsa imagen de parados profesionales. Así, son personas que al acabar o abandonar sus estudios sólo encuentran empleos basura, poco estables y mal pagados, según este sociólogo.
Cuando acaba el contrato se ven en el paro, con una promesa de que volverán a llamarles; o a la espera del puesto del que algún conocido les ha hablado; o, quizá, hartos de esto, han optado por volver a estudiar y el curso (sea del nivel formativo que sea) comienza dentro de un plazo concreto.
Esta dinámica, acentuada por la crisis, genera un colectivo siempre cambiante pero muy amplio. Se entra y se sale de él (pasando a engrosar el grupo de trabajadores o estudiantes) en función de la caducidad de los contratos o de los periodos de formación.
Sustento cubierto
Sus miembros tienen el sustento cubierto por la familia y lo que ganan lo destinan a sus propios gastos. Según explica el sociólogo, no sienten la necesidad, o no ven la oportunidad, de hacer planes a largo plazo, de formar una familia, o de mantenerse en un empleo que no les gusta a la espera de una oportunidad mejor. Han adaptado sus expectativas al entorno sociolaboral en el que viven.
Canteras también apunta el cambio cultural producido en los hogares, con hijos cada vez de más edad en casa de sus padres y sin problemas de convivencia. Y concluye: "Tiene que ver con la desilusión, la pérdida de interés y la apatía. No me gustaría ser joven en la actualidad".
Fuente: 20minutos.es
Esto ha sido para introducir algo de humor. De todas formas, aunque la escuela tenga mucho por lo que cambiar, pienso que la motivación y la preocupación materna y paterna debe estar siempre presente como un apoyo base para la educación de los hijos.
Creo que la educación debe basarse en estos principios. Estancarse o querer imponer un modelo único como estandarte es retroceder. Todavía estamos muy lejos de conseguir la utopía del modelo educativo perfecto, ¿será porque nos empeñamos en unificar, uniformar, perfeccionar y alienar al ser humano? No somos perfectos ni iguales, ¿y qué? Ese no es el handicap a superar. El principal obstáculo es la no aceptación de la naturaleza humana, de sus controversias y sus imperfecciones. Dejemos a un lado nuestros complejos y disfrutemos de lo que somos y de lo que nuestro encéfalo y nuestro pulgar oponible nos han proporcionado, con sus pros y sus contras. De los errores hay que aprender, y no hundirse en lamentaciones huecas que no conducen a ninguna parte. Si contaminamos, hay que procurar hacerlo en la menor medida posible, que nosotros sabemos cómo y si cada uno de nosotros se aceptara tal cual es, todos podríamos ponernos en el lugar del otro. ¿Por qué seguimos empeñándonos en que nuestros hijos sean lo que nosotros no fuimos o lo que queríamos ser y no pudimos? Siempre intentando dotar a la felicidad de cuerpo material.
Aprender a adaptarse a los cambios es lo que mueve el mundo. Esta es mi conclusión de la clase de hoy.